Gabriel Silva Luján
12 Mayo 2024

Gabriel Silva Luján

¿Quién eligió a Petro?

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La campaña presidencial y legislativa de 2026 empezó hace rato. El banderazo lo dio el propio presidente Petro al anunciar que el propósito principal de su gobierno pasaba a ser la victoria en las próximas elecciones. Ni cortos ni perezosos la oposición y el país entero, puso la mira, la atención y, diría yo, también sus esperanzas en lo que va a ocurrir en el próximo ciclo electoral. Mejor dicho, el 2026 se nos vino encima.

Ya se perciben los esbozos de las distintas vertientes discursivas de quienes aspiran a reemplazar a Petro. Están las obvias: que yo soy mejor para la seguridad, para la economía, o para la defensa de las instituciones. Sin embargo, entre las narrativas iniciales ha surgido una aproximación que nada tiene que ver con los desafíos que enfrenta el país.  La alta toxicidad política que ha adquirido Petro explica por qué ahora el grado de distanciamiento con su gobierno se volvió mérito suficiente para ser merecedor del favor electoral de los colombianos. Eso no puede ser así.

Los aspirantes a candidatos han empezado a hacerse mutuamente una especie de juicio de responsabilidades. Se señalan el defecto de quien ha estado más cerca al régimen o tiene más responsabilidad en la victoria electoral de Petro. El criterio diferenciador parece ser qué tanto contribuyó cada bando, cada sector político o líder a la llegada al poder del mandatario y al devenir de su gobierno. Los señalamientos vuelan a diestra y siniestra, con las usuales dosis de mentiras, falacias y las teorías más estrambóticas.

La exuberante y locuaz senadora María Fernanda Cabal dijo recientemente que: “Petro jamás hubiera sido presidente sin el aval de Santos”.  El eterno candidato Sergio Fajardo está de las mechas con la exalcaldesa Claudia López a quien acusó de ser cómplice de la elección de Petro. Otro candidato quemado, Alejandro Gaviria, fue abucheado y muchos lo trataron de traidor en la marcha de la oposición. Al exministro Rudolf Hommes lo acusan de ingenuo petrista arrepentido. 
Ante la complejidad de los problemas del país se pensaría que ese ejercicio es una nimiedad. Sin embargo, por ahora todos parecen creer que el tiquete a la presidencia pasa por quien demuestre las mayores credenciales antipetristas. También el señalamiento de responsabilidad en la elección de Petro es un expediente para invalidar y vetar a los candidatos de centro y de centro izquierda que hoy en día se encuentran en la oposición. A pesar de su evidente puerilidad, ante el peso que ha adquirido esa narrativa se vuelve relevante hacerse la pregunta, ¿quién eligió a Petro?

Existen varios niveles para intentar contestar esa pregunta. Desde la perspectiva del desarrollo de la campaña, es evidente que el candidato de la derecha, Rodolfo Hernández, que recibió el respaldo del uribismo y otras fuerzas no tenía la voluntad de culminar su labor exitosamente. Su ausencia e indiferencia en la recta final de la elección le dejó el espacio libre a Petro, que terminó ganando por una ventaja mínima del orden del 3 %. Aquí no se puede señalar sino a los errores de escogencia de candidato de la derecha y a su equivocada estrategia como responsables.

El análisis electoral demuestra cosas interesantes. Entre primera y segunda vuelta se observa que la participación electoral en el suroccidente y el Pacífico la participación electoral se duplicó. Es decir, Petro fue capaz de activar sus bases naturales que le sumaron votos pero que no eran suficientes para ganar dado la menor población relativa de esas zonas. En contraste, en partes de la Zona Cafetera, en Medellín y en grandes segmentos de Antioquia -con reconocida predominancia uribista- los votantes se echaron por las petacas o se fueron de puente. La participación electoral de esas zonas clave para una posible victoria de Hernández se cayó significativamente. Nuevamente, fue la ausencia de compromiso electoral del uribismo el día de la votación lo que contribuye a explicar la derrota de Hernández.

Una de las líneas de señalamiento es que fueron los votantes de Fajardo los que eligieron a Petro. La verdad, sus votantes en un porcentaje significativo efectivamente siguieron el consejo de irse a ver ballenas. Las encuestas de RCN de la época demuestran que el 37 % de los electores de Fajardo en primera vuelta votaron en blanco o no votaron en la segunda. Aún así, el 48 % votaron por el candidato de la derecha y solo el 15 % lo hicieron por Petro. Es decir, a pesar de que el avistamiento de cetáceos tuvo un impacto, el grueso de sus votantes se inclinaron por Hernández en la segunda vuelta.

Finalmente, quienes acusan al expresidente Santos, a la Coalición de la Esperanza, a la alcaldesa Claudia López y a tantos otros se olvidan del dato más importante. Al final del gobierno de Duque -que llegó a la presidencia gracias al respaldo directo de Álvaro Uribe- el 78 % de los colombianos consideraban que el país iba por mal camino. Sin los cuestionamientos al gobierno uribista del presidente Duque, con las consecuencias sociales de la pandemia, de su hostilidad hacia el proceso de paz y de las violentas protestas del 2021, Petro no hubiera llegado a ser presidente. Por eso la senadora Cabal y sus amigos, cuando traten de explicar por qué llegó Petro a la presidencia más les vale mirar la viga en el ojo propio y no la paja en el ajeno.

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