“El diálogo es fundamental para construir un futuro pacífico”, Oliver Dalichau, director de Fescol

Oliver Dalichau, director de Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia (Fescol).

Crédito: Fescol

1 Mayo 2024

“El diálogo es fundamental para construir un futuro pacífico”, Oliver Dalichau, director de Fescol

Hace más de cuatro décadas la fundación alemana Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia (Fescol) viene promoviendo el análisis y el debate sobre políticas públicas, y apoyando diversos procesos de aprendizaje e intercambio con experiencias internacionales. Su director, Oliver Dalichau, conversó con CAMBIO sobre cómo esta experiencia de cooperación ha ayudado a fortalecer a la sociedad colombiana.

Por: Redacción Cambio

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La Friedrich-Ebert-Stiftung (FES), fundada en 1925, es la fundación política más antigua de Alemania. La institución se fundó como legado político del primer presidente alemán elegido democráticamente, Friedrich Ebert. En 1979 se abrió el capítulo colombiano de la fundación, Fescol, con la intención de promover el análisis y el debate sobre políticas públicas, apoyar procesos de aprendizaje e intercambio con experiencias internacionales y dar visibilidad y reconocimiento a los esfuerzos en la construcción de paz. 

CAMBIO conversó con Oliver Dalichau, director de Fescol, sobre el trabajo que vienen haciendo en el país y su visión sobre las necesidades que tiene Colombia para avanzar en su democracia y la construcción de tejido social. 

CAMBIO: Fescol lleva 45 años en Colombia, ¿cuál cree que ha sido el aporte del instituto a la construcción sociopolitica del país?

Oliver Dalichau: Son varios y de distintas índoles. Desde mi llegada hace dos años a Bogotá me sorprendió positivamente el reconocimiento de los actores de diferentes lados del espectro político, del sector, los medios y de otros representantes de la sociedad hacia la fundación. Esta retroalimentación de que hemos estado contribuyendo de manera especial a la construcción sociopolítica nos motiva, no solo en Colombia, sino también en los más de 90 países en que la fundación Friedrich-Ebert tiene una oficina. 

Fescol forma parte de la cooperación internacional entre Alemania y Colombia. En estas cuatro décadas el programa, nuestros aliados y nuestras áreas de intervención han cambiado según el contexto del país. La realidad colombiana de 1979 es diferente a la de 2024. Sin embargo, nuestros objetivos principales siguen siendo los mismos: el fortalecimiento de la democracia, el aumento de la justicia social y el desarrollo sostenible, el logro de la paz y la cooperación internacional. Nuestros aliados de la sociedad civil, sindicatos, universidades, el sector público y los movimientos sociales han aportado con sus ideas y con ellos hemos construido estudios, investigaciones científicas y debates relevantes. 

CAMBIO: ¿Cuál es la importancia de las alianzas institucionales entre diferentes grupos para construir diálogos y fortalecer la democracia?

O.D.: Sin alianzas institucionales, pero también sin los contactos entre personas y grupos con opiniones distintas, una sociedad enfrenta enormes problemas y retos. Podemos observar eso no solo en la sociedad alemana, sino también en otros países donde la polarización, el odio y la falta de compromiso dificultan el diálogo y la creación de espacios abiertos para escuchar, aprender y revisar nuestras propias opiniones a la luz de argumentos válidos. 

Durante los últimos 15 años he trabajado en países africanos como Madagascar, Angola, Costa de Marfil y Ruanda, sociedades que también han experimentado las consecuencias de la falta de diálogo, conflictos permanentes, guerras civiles e incluso un genocidio, como fue el caso de Ruanda. Esto destruye la confianza ciudadana y el orden estatal. 

En un país tan diverso como Colombia, la pregunta sobre cómo crear diálogos entre grupos, entre los intereses urbanos y rurales, entre la capital y las provincias y entre personas con menos recursos y aquellos con más facilidades económicas sigue siendo importante. El diálogo es fundamental para construir un futuro pacífico, tanto internamente como con los vecinos, donde la desigualdad actual sea reemplazada por más oportunidades para todas y todos en la educación, el trabajo y la sociedad en general. 

Fescol
Fescol ha construido estudios e investigaciones con la sociedad civil, universidades y el sector público. Crédito: Fescol

CAMBIO: ¿De qué manera puede avanzar Colombia en términos de justicia social para ser una sociedad más equitativa?

O.D.: Estoy convencido de que solo a través de una educación integral para todos se puede alcanzar el objetivo de una sociedad justa. Este camino es una decisión política y en algunas sociedades hay resistencia contra esta determinación. Aquellos que tienen privilegios hoy no les gusta compartirlos. Prefieren que la educación superior esté garantizada solo para sus hijos, no para los demás. Nuestra fundación comenzó a trabajar con becas para los hijos de trabajadores que no tenían suficiente dinero para enviarlos a la universidad. 

En Alemania, hasta el día de hoy, la FES ofrece estas becas a estudiantes de familias sin recursos suficientes. Yo soy el primero en mi familia que tuvo la oportunidad de completar sus estudios universitarios gracias a una beca de Friedrich-Ebert-Stiftung. Soy un ejemplo de que las condiciones pueden y deben cambiar. Mis abuelos fueron trabajadores simples, mis padres trabajaron luego de su formación como empleados y yo como director de Fescol tengo hoy una responsabilidad mucho mayor. Lamentablemente, ni en Alemania hacemos lo necesario para que la vida de los demás cambie mediante una mejor educación, ni más rápido ni en gran medida. 

CAMBIO: ¿Qué tareas tenemos que impulsar para lograr un mayor desarrollo productivo?

O.D.: Las sociedades que son productivas son aquellas que en general carecen de corrupción, conflictos internos y externos, son diversas y el sector agrícola está más equitativamente distribuido, además de contar con una educación y un mercado laboral abierto. En las sociedades donde el odio no tiene importancia, es decir, en sociedades abiertas con economías diversificadas, se logra una mayor productividad. 

También es importante que el desarrollo sea sostenible, y esa sostenibilidad no existe sin reglas que protegen a los grupos vulnerables y ofrezcan oportunidades, así como un diálogo permanente sobre los intereses diversos. Por eso la fundación trabaja con sindicatos de todo el mundo. Estamos convencidos de que los sindicatos, como organizaciones que defienden los derechos laborales, son los garantes de un desarrollo humano. 

CAMBIO: Colombia lleva años buscando alcanzar paz en sus territorios. ¿Está conforme con el manejo que se ha dado a la implementación del Acuerdo de Paz y ahora con la política de Paz Total?

O.D.: Colombia está en un camino hacia la paz. Se ha logrado mucho, y Alemania, a través de su cooperación cultural, diplomática, política, financiera y técnica, forma parte de este camino. A veces los trayectos son largos y a veces tienen algunos desvíos. Fescol con sus aliados colombianos lo saben y no pierden la esperanza de que, a través de sus apoyos y actividades, no solo el acuerdo de paz entre las Farc y el Gobierno, sino también otras iniciativas, como las voces de la sociedad civil y los intereses de la gente en áreas fuera de la capital sean escuchadas e implementadas en este proceso sin interrupción. 

CAMBIO En temas de medioambiente, ¿cómo ve el avance del acuerdo de Escazú?

O.D.: Colombia ha ratificado el Acuerdo de Escazú. Muchos países del mundo han apoyado al Gobierno colombiano en esta importante decisión. Espero que la Corte Constitucional comparta esta visión de que el medioambiente y sus defensores necesitan más derechos y más protección. Si no logramos proteger la tierra, no sobreviviremos como humanidad. 
 

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