Los Espartanos, el eslabón más violento de la zona norte de Buenaventura

La historia de la violencia de Buenaventura, Valle del Cauca, siempre ha estado enmarcada por la presencia de bandas criminales que se disputan el control del territorio, geográficamente privilegiado, y de las rutas de narcotráfico, contrabando y entrada y salida de armas.

El negocio ilegal llevó en 2010 a que la banda Los Urabeños- hoy Clan de Golfo- enviara un grupo especial de sus integrantes para iniciar una fuerte confrontación con el ELN, que tenía el control del puerto. Tras la muerte de cientos de guerrilleros, Los Urabeños quedaron con el control de los barrios en Buenaventura.

Con su consolidación, la banda criminal comenzó a llamarse La Local, y fue la responsable de múltiples crímenes durante más de una década, entre ellos masacres, extorsiones, secuestros y desplazamientos forzados por el control del narcotráfico y las rentas criminales. Control que los llevó al reclutamiento de jóvenes de sectores humildes.

En diciembre de 2020, se dio una división interna del grupo y se crearon dos facciones entre las que se libró una guerra por el control de los barrios: Los Shottas y Los Espartanos. Esta división se tradujo en más violencia durante el 2021 y el 2022: aumentaron los homicidios, las desapariciones forzadas, el desplazamiento forzado individual y colectivo, entre otras afectaciones a la población.

Desde ese momento se conoció como principal cabecilla de Los Espartanos a Jorge Isaac Campaz Jiménez, conocido con el alias de Mapaya, quien formalizó una alianza con el Clan del Golfo en la que les ayudan a sacar del puerto sus cargamentos de cocaína y a cambio reciben armas. 

Bajo su mando Los Espartanos comenzaron a tener injerencia principalmente en la zona insular de la comuna 1 a la 5, y en la 6 se le ubica en algunos sectores. Estas son zonas con acceso al océano, lo que les dio a Los Espartanos un control periférico de los barrios. Así también nacieron las fronteras invisibles en la ciudad.

Fuentes de financiación

El principal ingreso de la banda criminal es el narcotráfico. Los Espartanos llegan a cobrar hasta un 10 por ciento en impuestos de los cargamentos de drogas que salen del puerto. Además, tenían el control de varias empresas navieras que usaban para camuflar la droga en cargamentos de todo tipo y asegurar su salida a Europa y los Estados Unidos.

Según las autoridades, Los Espartanos también habrían formalizado una alianza con cárteles mexicanos para custodiar a los miembros de esas organizaciones que llegan al puerto de Buenaventura y al aeropuerto de Cali en vuelos comerciales. 

Las autoridades afirman que Los Espartanos tienen comprados a funcionarios públicos para llevar a cabo todas sus operaciones sin tropiezos. 

Su otra fuente de financiación es la extorsión que realizan indiscriminadamente a empresarios, comerciantes, trabajadores informales y a la población en general. 

El valor del pago es establecido de acuerdo con la actividad económica de la víctima. Como es el caso del sector de la construcción: hay cobros incluso usar maquinaria.

Para las autoridades, esta actividad criminal ha afectado los elementos de la canasta familiar, porque los dueños de las tiendas deben pagar una comisión por producto y permiso para el funcionamiento de los establecimientos.

“Se conoce que, en los últimos años, Los Espartanos obtenían de las extorsiones a productos cárnicos entre 30 y 15 millones de pesos al mes respectivamente. El modus operandi de ambas facciones consiste en controlar a quién distribuye los productos, imponerles el valor de la extorsión para, posteriormente, evitar que nuevos distribuidores del producto lleguen a la zona con el fin de limitar la oferta”, expresa un informe de las Naciones Unidas.

Según el mismo documento, la ganancia mensual de la extorsión puede alcanzar los 1.000 millones de pesos. Este dinero se utiliza principalmente para el sostenimiento de las estructuras (pagos a los miembros, compra de armamento, sobornos a autoridades, entre otros), y para fortalecer el brazo armado y garantizar superioridad de mando y control frente a otras estructuras ilegales.

Además, con estos recursos se nutre la economía del narcotráfico bajo un modelo de outsourcing (generalmente mediante la contratación de transporte marítimo, de carga y logístico) donde además buscan estrategias para el lavado de activos.

Situación actual

Alias Mapaya fue capturado por las autoridades a finales del 2020, pero aun desde las rejas mantiene control a través de varios de sus hombres cercanos, a quienes les ha ordenado asesinatos selectivos.

Las autoridades han realizado varias operaciones contra sus integrantes que han afectado parte de su estructura, pero no su accionar criminal ni la fuerte disputa con Los Shottas. Esta confrontación tuvo una tregua con la llegada del Gobierno del presidente Gustavo Petro.